Hace ya 25 años...
El Instituto del Hombre nace de una preocupación política: no puede haber transformación de la sociedad sin una recuperación humana, sin una transformación de la cultura actualmente moldeada en las valoraciones, gustos y preferencias del sistema capitalista.
Esto es válido para todas las clases sociales, pero particularmente para los sectores más carenciados, los que más sufren el deterioro de un sistema de exclusión.
La Universidad académica forma profesionales, pero ¿dónde se aprende a ser humano? ¿dónde se emprende la compleja tarea del rescate de lo humano hoy avasallado por lo ajeno, por lo no propio, por lo impuesto?
El Instituto del Hombre pretende hacer una contribución en esta línea. De ahí su nombre.
Este intento se traduce en una doble tarea: formación de formadores a través de los llamados procesos metodológicos, y trabajo con grupos barriales para la formación de actores del desarrollo local.
Investigación cultural y elaboración de una pedagogía. Formulación teórica de los procesos de liberación cultural que recojan las experiencias realizadas y evaluadas. Tales son los instrumentos elegidos.
Así nació el Instituto del Hombre hace 25 años. Esta es la inspiración de la cual surgió. Antes que ser Institución, el Instituto del Hombre es una forma de vivir y actuar en la sociedad.
El Instituto del Hombre nace de una preocupación política: no puede haber transformación de la sociedad sin una recuperación humana, sin una transformación de la cultura actualmente moldeada en las valoraciones, gustos y preferencias del sistema capitalista.
Esto es válido para todas las clases sociales, pero particularmente para los sectores más carenciados, los que más sufren el deterioro de un sistema de exclusión.
La Universidad académica forma profesionales, pero ¿dónde se aprende a ser humano? ¿dónde se emprende la compleja tarea del rescate de lo humano hoy avasallado por lo ajeno, por lo no propio, por lo impuesto?
El Instituto del Hombre pretende hacer una contribución en esta línea. De ahí su nombre.
Este intento se traduce en una doble tarea: formación de formadores a través de los llamados procesos metodológicos, y trabajo con grupos barriales para la formación de actores del desarrollo local.
Investigación cultural y elaboración de una pedagogía. Formulación teórica de los procesos de liberación cultural que recojan las experiencias realizadas y evaluadas. Tales son los instrumentos elegidos.
Así nació el Instituto del Hombre hace 25 años. Esta es la inspiración de la cual surgió. Antes que ser Institución, el Instituto del Hombre es una forma de vivir y actuar en la sociedad.
